Enlaza con Figura antropomorfa de barro de la tradición de las "tumbas de tiro" que representa un individuo cornudo con un objeto en la mano (Colima). Eduardo Williams
El Antiguo Occidente de México: Un Área Cultural Mesoamericana
  Versión Imprimible


El clic en la imagen para ampliar.

Tabla de Contenidos
View this report in English.

Introducción
El Marco Geográfico
Los Primeros Habitantes del Occidente
Periodo Formativo Temprano
Periodo Formativo Tardío
Periodo Clásico
Periodos Epiclásico y Postclásico Temprano
El Imperio Tarasco del Periodo Protohistórico
Urbanización Prehispánica en Tzintzuntzan
El Imperio Tarasco Dentro del Sistema Mundial Mesoamericano
Comentarios Finales
Lista de Figuras
Referencias Citadas
Resumen curricular del Dr. Eduardo Williams

Introducción

Los primeros arqueólogos que escribieron sobre el Occidente de México señalaron que esta región estaba de alguna manera conectada con Mesoamérica; posteriormente otros investigadores opinaron que la arqueología del Occidente pertenecía al área de los estudios mesoamericanos, y finalmente los más recientes autores sostienen que el Occidente debería incorporarse a una región mesoamericana redefinida (Gorenstein 1996: 89). A través de las últimas dos o tres décadas, el ritmo de las investigaciones arqueológicas en Occidente se ha acelerado, y se han hecho descubrimientos arqueológicos notables; nuevos sitios y nuevas interpretaciones han demostrado la gran complejidad cultural en esta área durante la época prehispánica. Al principio los autores de estas nuevas investigaciones esperaban que su trabajo se tomara en cuenta en las publicaciones sobre Mesoamérica, pero para su sorpresa éste no fue el caso; las investigaciones realizadas en Occidente raramente se toman en cuenta por los arqueólogos que siguen una perspectiva centralista, que por lo general no aceptan la relevancia del Occidente y norte de México para el "área nuclear mesoamericana." Pareciera como si los arqueólogos del Occidente estuvieran mirando a través de un espejo, con el cual pueden ver a sus colegas en el otro lado, pero sin ser vistos por ellos. Es sorprendente para los arqueólogos que trabajan en el Occidente que sus argumentos cada vez más radicales no han sido reconocidos o tomados en cuenta por sus colegas en otras áreas de Mesoamérica, y que la arqueología en esta región ha tenido poca influencia en la definición de la cultura mesoamericana (Gorenstein 1996: 89). El presente artículo incluye un resumen de la arqueología del Occidente, para que tanto investigadores como el público en general tengan acceso a la información y puntos de vista más recientes sobre una de las más importantes y fascinantes áreas culturales de Mesoamérica (para conocer las más recientes contribuciones a la arqueología del Occidente, ver Williams 1992, 1994, 1996, 2003, 2004; Williams y Weigand 1995, 1996, 1999, 2001; Williams et al. 2004).

Nuestra región de interés es una extensa área geográfica, ocupada actualmente por los estados de Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit y Sinaloa (Figuras 1, 2, y 3). Algunos investigadores también incluyen en ella porciones de Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro. Otros más consideran a todo el estado de Guerrero dentro del Occidente, pero esto último es difícil de asegurar con certeza (Schöndube 1994: 19). La subárea de Mesoamérica que conocemos como Occidente se caracteriza por una gran diversidad ecológica y la consecuente variabilidad cultural prehispánica:

Siendo los nichos naturales del Occidente tan numerosos y variados, es lógico que [se] haya propiciado el surgimiento de diversas formas de ser, es decir, de múltiples culturas. Evidencias de esta diversidad cultural nos son dadas por el gran número de lenguas indígenas que eran habladas en el poniente mexicano al momento de la Conquista, así como[...] por la diversidad que muestran los restos de cultura material encontrados hasta ahora en las investigaciones.

La diversidad cultural es propiciada además por las relaciones entre culturas tanto en el interior del propio Occidente, como con las otras áreas mesoamericanas, o con los grupos más o menos nómadas del norte de México, con los que comparten largas fronteras.

[...]la peculiar configuración del Occidente y su ubicación le otorgan un papel importante como un corredor a través del cual se difundieron ideas (incluso al sudoeste de los Estados Unidos), por el que se movieron los bienes materiales como la turquesa y el metal, y por el que también se desplazaron algunos grupos en sus migraciones, transformando las formas previas de vida (Schöndube 1994: 19).

El Occidente interactuó con sus vecinos de Mesoamérica y contribuyó de manera importante al enriquecimiento del sistema mundial mesoamericano. Según Meighan (1974: 1260) varios autores han señalado que nuestra área se encuentra fuera de la tradición cultural básica de Mesoamérica, pero "esta idea es más exacta para unos periodos que para otros, y se aplica con toda su fuerza solamente a la tradición de las tumbas de tiro. Durante el milenio anterior a la llegada de los españoles, el Occidente fue una variante regional de la tradición mesoamericana" (Meighan 1974: 1260). Por otra parte, Weigand y Foster (1985: 2) mencionan que "la civilización mesoamericana tuvo múltiples zonas nucleares culturales (cultural hearths), todas las cuales florecieron en estilos regionales distintivos. El Occidente de México[...] representa una de estas zonas nucleares".

Próxima Página

Regrese al comienzo de la página