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Proyecto Regional Arqueológico Sierra del Lacandón
Reconocimiento en Tecolote
El sitio de Tecolote tal vez haya sido notado por primera vez por arqueólogos profesionales en la década de 1930. Edwin Shook (1998) escribió en sus diarios que durante uno de sus viajes a Piedras Negras, sus guías le hablaron de estructuras abovedadas todavía en pie cerca de los rápidos de Chico Zapote, pero que no le fue posible visitar el sitio debido al poco tiempo de que disponía. En la década de 1980 hubo evidencias más seguras del sitio, cuando unos turistas le llevaron a George Stuart, de la National Geographic Society, fotografías de una estructura abovedada, en buen estado de preservación, que habían encontrado en un viaje por el río Usumacinta.
Los guardaparques Américo Ixcayao y Eduardo Martínez guiaron a los investigadores René Muñoz y Andrew Scherer a Tecolote, emplazado cerca del sitio de La Pasadita (Figura 13, arriba). Este reducido equipo pasó tres días haciendo un reconocimiento y un mapeo preliminar del corazón del sitio de Tecolote, en el que se encuentra la estructura abovedada (Estructura 1) que había aparecido en la fotografía de los turistas. Con una cinta métrica y una brújula se dibujó un mapa preliminar del Grupo A, que contiene al edificio en pie (Figura 14, abajo, y Figura 15). También se completó una elevación del edificio (Figura 16). Debido a limitaciones de tiempo, sólo se hicieron bocetos de mapas y algunas anotaciones para los restantes grupos de Tecolote.
Los dinteles sobre las puertas de la Estructura 1 no están tallados, y por lo tanto no han sido saqueados, lo que explica que el edificio se haya mantenido en pie. En términos generales, la Estructura 1 está muy bien preservada. Sin embargo, las raíces de un árbol en el ángulo noreste de la estructura penetraron en el rincón de un cuarto, y el muro posterior de la Estructura 1 está ligeramente inclinado, representando una amenaza de derrumbe para la estructura.
Arriba de las molduras de la Estructura 1, sobre su cara frontal, hay dos áreas embutidas que probablemente hayan albergado paneles o esculturas, habiendo servido las cavidades como un medio para montar la pieza. Las áreas embutidas se asemejan a las que se encontraron en el Templo 33 de Yaxchilán, que están montadas con figuras humanas en posición sedente. La cara de la Estructura 1 está enfrentada a una pequeña escalera, de tres o cuatro escalones, que corre todo a lo largo del edificio.
Los interiores de los tres cuartos han sido profusamente saqueados, y los pisos y banquetas interiores fueron destruídos casi por completo. Sin embargo, en cada uno de los cuartos, hay remanentes de yeso en los muros interiores y bóvedas, y todavía pueden apreciarse restos de murales polícromos. 7 El interior de este edificio casi con certeza estaba cubierto por pinturas polícromas elaboradas, similares a las de La Pasadita (la paleta de colores se asemeja a la de los murales de La Pasadita). Gran parte de la pintura es azul y roja (hematita especular), pero la mayor parte de las imágenes individuales ya no son visibles a simple vista. Sin embargo, el muro sudoeste del Cuarto 1 exhibe un área pequeña con imágenes visibles cerca del ángulo sudoeste. El trazado en negro del ala y la pata del lado derecho de un ave se ve con total claridad. Debajo del pájaro hay dos objetos, posiblemente peces (Figura 17, abajo). En cada uno de los cuartos se han preservado partes del mural, con figuras indistintas que todavía pueden verse a simple vista. La conservación y recuperación de los datos de estos murales es una prioridad para las futuras temporadas de campo.
En el relleno de escombros debajo del piso del Cuarto 3 se encuentra una cripta que ha sido saqueada. La cripta está en el centro del cuarto y corre paralela al eje largo de la Estructura 1. El muro sudeste de la cripta parece lindar con el muro sudoeste del Cuarto 3. La cripta medía .60 m de ancho, aproximadamente 1.50 m de largo, tenía .50 m de altura, y estaba cubierta por 3 albardillas grandes y finamente trabajadas, una de las cuales fue retirada por los saqueadores para poder entrar en la cripta. Los muros de la cripta estaban hechos con piedras maravillosamente trabajadas, con una altura de cuatro hileras y recubiertas de yeso. Las exploraciones preliminares no revelaron evidencias de restos humanos u ofrendas mortuorias, lo cual sugeriría que los saqueadores se llevaron todo lo que la cripta pudiera haber contenido.
Adyacentes a la Estructura 1 se encuentran las Estructuras 2 y 3, siendo ambas edificios abovedados que se han derrumbado. La presencia de una losa de piedra megalítica en el derrumbe de la Estructura 3 sugiere que el edificio fue un baño de vapor, puesto que elementos arquitectónicos similares están asociados con los baños de vapor de Piedras Negras y de otros sitios del Usumacinta entre otros, Texcoco. Una pequeña escalera conduce desde el frente de la Estructura 3 en forma descendente hasta el Patio 1. Todos los demás edificios del Grupo A, excepto las Estructuras 7, 8 y 9, parecen haber sido abovedadas, si bien salvo por la Estructura 1, dichas bóvedas han colapsado.
Ubicado al este del Grupo A se encuentra el Grupo B. Debido a la falta de tiempo, sólo se tomaron notas muy preliminares y no fue posible compilar un mapa del grupo. El Grupo tiene una apariencia que se asemeja a la de la acrópolis de Piedras Negras, con múltiples plataformas de aproximadamente 5.00 m de altura, construidas sobre los lados de una ladera montañosa, y que se elevan en una serie de grupos de patio demarcados por estructuras alargadas y abovedadas. Otros cinco grandes patios o agrupamientos de arquitectura fueron localizados en las cercanías de los Grupos A y B, y la mayoría de ellos contenían estructuras cuyas bóvedas habían colapsado. Una muestra cerámica que se obtuvo de una cueva cerca del Grupo A reveló materiales que abarcaban una extensión de tiempo que iba desde los períodos Preclásico Tardío hasta el Clásico Terminal.
Nota
- El yeso que se preservó en el muro también permitió determinar la ubicación de las banquetas de mampostería, en su mayoría destruídas por los saqueadores, al poderse identificar las juntas entre el yeso del muro y el revestimiento de yeso de las banquetas.
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