Imagen - Vasija de Cacao - K6706 © Justin Kerr FAMSI © 2006:
Jorge Ramos
 

Investigaciones en el Templo 16: Una Reconstrucción en Curso de la Imaginería del Templo 16, Copán, Honduras

Análisis de Fragmentos y Rearticulación de los Mosaicos Escultóricos

Una de las figuras dominantes que una vez embellecieron la fachada del Templo 16 es la imagen de un búho. Sus ojos parcialmente entornados son típicos de los de las imágenes del Witz en el Templo 22 y otros monumentos autoestables de Copán. Los anillos alrededor de los ojos llevaron a que Stone (1990) lo relacionara con Tláloc, el dios mexicano de la lluvia. De hecho, el trapecio y el elemento iconográfico de rayos que adorna sus alas hacen que la imagen sea comparable con los Tlálocs representados en el Cuadrángulo de las Monjas de Uxmal, al norte de Yucatán (Foncerrada de Molina 1965, fig. 27; Schele y Mathews 1998:273, fig. 7.24.a). Es bien sabido que los búhos no han sido demasiado representados en Copán; y son más raros todavía en el arte del Maya Clásico. Sin embargo, el pico prominente que se proyecta hacia abajo y la bola doble en su extremo identifican a esta figura con el búho. Una imaginería similar puede encontrarse en Teotihuacán y en la iconografía maya del Clásico Tardío derivada de Teotihuacán (Winning 1948; Grube y Schele 1994). Aunque no abunda en la muestra escultórica del Templo 16 (hay algunas en la pila 28), el motivo de garras probablemente haya sido un atributo iconográfico de este búho.

Figura 5. Búho. (Dibujo de José Espinoza.) Haga clic para agrandar.
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La cuerda es común en el repertorio de motivos del Templo 16.  Dicho motivo fue excavado en todos los costados que se investigaron de esta estructura. Si bien todavía carece de rearticulación y contexto iconográfico, el equipo del PAAC que trabajaba en la Estructura 10L-16 lo asoció con la guerra; un tema apoyado por otros motivos presentes en el edificio (Agurcia et al. 1996; Stone 1990; Stone et al. 1996). En esta temporada reparé, a través de los mapas de las partes caídas, en una distribución similar de cuerdas y plumas y en su cercana asociación con imágenes de búhos en todo el edificio. Además, durante los experimentos de recomposición, se encontró que las disposiciones de los motivos de plumas eran comparables con las de los motivos de cuerdas; este descubrimiento, sumado a un estilo de tallado y proporciones de tamaño similares, indica que las cuerdas y las plumas formaban parte de las repetidas imágenes de búhos en el edificio. Como lo demuestra mi análisis escultórico, es bastante posible que el búho en el Templo 16 estuviera representado de la misma manera que la guacamaya de la cancha de pelota de fines del Clásico en la gran plaza (B. Fash 1992, fig. 3), con su cola a la vista y proyectándose hacia arriba. Sin embargo, la cola del búho en el Templo 16 mostraba sus plumas sujetas con una cuerda (Figura 5). Hay ejemplos similares en la imaginería arquitectónica del sitio de Uxmal (Foncerrada de Molina 1965, fig. 4 y 36). En Teotihuacán, el búho aparece por lo general en un contexto de guerra (Winning 1987a:85, 88). Según Taube (1998), el objeto en la punta del pico de búho podría ser un corazón humano. Por lo tanto, la guerra y los sacrificios podrían haberse enfatizado a través de esta imagen en el Templo 16 y en otros sitios mayas (Grube y Schele 1994). El búho de 1.90 m de ancho y 0.9 m de altura fue representado en el centro y en las esquinas, al nivel de la sección superior del primer piso. 5 

Figura 6. Banda entrelazada. (Dibujo de José Espinoza.) Haga clic para agrandar.
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Un motivo peculiar descubierto en los lados norte y sur de la Estructura 10L-16 fue la así llamada banda entrelazada, en la que se alternaban las Cruces Kan con los ojos de búho (Agurcia 1996:191; Stone 1990; Taube 1998). Mi investigación indica que este motivo, de sólo 0.45 m de altura, cubría un tercio del largo de las fachadas norte y sur (Figura 6). Probablemente hubiera sido colocado sobre la moldura media del primer piso en una posición central. Esta impresionante banda de 5.3 m de largo, probablemente sirviera como el lugar de descanso del búho, que aparecía representado un poco más arriba. El Dintel 3 del Templo IV de Tikal muestra una serpiente curvada encima del vano, enmarcando la figura del gobernante victorioso Yik’in Chan Kawil, quien se muestra de pie dentro del templo (Harrison 1999:153, fig. 94); un ave, posiblemente un búho, descansa sobre la serpiente con sus alas abiertas. Una cuerda en la que se alternan discos con la Cruz Kan y ojos de búho (Taube) podría ser una interpretación para esta banda, considerando que no hay otros elementos iconográficos que apoyen una explicación diferente. Un motivo de ojos entrelazados que ya fue representado con anterioridad en el Templo 21 del Clásico Tardío en Copán (la "Casa de obsidiana" –W. Fash y B. Fash 1989, fig. 8; 1992, fig. 17) muestra el mismo tipo de cuerda que el hallado en el Templo 16.  La cuerda del Templo 21 no está tan elaborada y carece de la Cruz Kan.

Además de Copán y algunos otros sitios mayas del norte de Yucatán (Uxmal), Teotihuacán es el único lugar que cuenta con representaciones de bandas entrelazadas. En Teotihuacán, el motivo es en algunos casos una representación de la serpiente emplumada. Por otro lado, el cuerpo de la serpiente se muestra cubierto por una gama de diferentes atributos iconográficos tales como conchas labradas 6   (Séjourné 1966:258, fig. 146), la Cruz Kan 7   (ibid, fig. 90), cascos de guerreros 8   (Séjourné 1966, fig. 32), y otros 9   (Pasztory 1997, fig. 4.8). La serpiente entrelazada es un tema comúnmente representado en Teotihuacán10  (Pasztory 1988: fig. III 16; 1997: fig. 11.4), en el sitio de Uxmal y en Chichén Itzá, en el norte de Yucatán. El mejor ejemplo representativo que recuerda al motivo del Templo 16 es el que aparece en el Mural 3 en el interior del Cuarto 2 del complejo de Tepantitla (LaGamma 1991, fig. 6). Si bien no hay suficiente evidencia de apoyo, más allá de la cuerda (¿serpiente?) entrelazada, para proponer que el motivo en la fachada del Templo 16 es una serpiente, tampoco podemos descartar esta posibilidad. Es posible que la boca de la serpiente retratada en la parte interior del cuarto oeste del edificio pueda estar relacionada de alguna manera con la imaginería exterior. La marcada presencia de imaginería teotihuacana en el Templo 16 podría apoyar esta hipótesis. Los códices mayas de Madrid y Dresden, del Posclásico, ofrecen algunos ejemplos de serpientes celestiales que exhiben en sus cuerpos Cruces Kan, junto con otros signos (de la Garza 1984: fig. 12).

Durante las excavaciones, los arqueólogos que trabajaban en el Templo 16 sacaron a la luz varias imágenes que en ese momento fueron identificadas como Tláloc (Agurcia et al. 1996; Agurcia y B. Fash 1997; Taube 1998). Con unos 1,310 fragmentos esculpidos recuperados durante las excavaciones, ellos armaron una cabeza gigante de Tláloc. Sobre la base de evidencias arqueológicas, Stone (1990:9) señaló que al menos 12 (dos en cada fachada y una en cada esquina) de estas representaciones decoraban la porción inferior del templo. Además, dejaron a la vista una porción de al menos dos de las figuras in situ sobre el lado norte de la estructura, hecho que llevó a la unión parcial de las imágenes. En base a las numerosas representaciones de esta deidad en el edificio y la analogía del Popol Vuh, B. Fash (1989:67) designó el Templo 16 como la "Casa de Tláloc".

Figura 7. Tláloc. (Dibujo de José Espinoza.) Haga clic para agrandar.
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En el año 2003, el PRIT-16 buscó complementar la configuración y dimensiones de este mascarón de Tláloc. Uno de los rasgos observados en la muestra escultórica fue el gran número de motivos de la Cruz Kan. Una muestra igualmente representativa fue hallada en todos los costados excavados de la estructura. Casi el mismo patrón se observó para el motivo colgante. Yo saqué todos los trozos que pertenecían a uno de los mascarones de Tláloc y rearticulé los mascarones agregando una Cruz Kan a los lados del mascarón y sujetando el colgante a la base de la Cruz Kan; la Cruz Kan y el colgante formaron la orejera del Tláloc (Figura 7). Todas las representaciones de Tláloc en el Templo 16 y en otros monumentos del Clásico Tardío en Copán aparecen asociadas con Cruces Kan en forma de orejeras. La Cruz Kan es un atributo iconográfico de Tláloc en la imaginería teotihuacana, y hasta se la considera como su glifo de denominación (Taube 1998; Winning 1987:65, 66, fig. 1a-1c, 3a-3d). Otro motivo recurrente hallado en una muy próxima asociación con las imágenes de Tláloc es una pieza con uno de sus extremos en forma curvada; esta pieza es muy similar a las piezas del ojo de este mismo Tláloc, pero sin ninguna duda no se trata de un ojo. Es probable que este motivo formara parte de la boca –de la parte superior de los colmillos curvados a los lados de la boca. Propongo asimismo que el mascarón, como sucedió con las otras representaciones, fue mostrado con sus incisivos superiores y sin las fauces en la parte inferior; con estos elementos, el mascarón alcanza los 2.50 m de ancho y 1.40 m de alto, una dimensión adecuada para acomodar el resto de las imágenes sobre el muro.

El Tláloc ha sido representado en un estilo sencillo, más sencillo inclusive que los mascarones de Tláloc representados en la pirámide del mismo edificio y en el Templo 21.  El bajorrelieve fue aplicado sólo en algunas partes (colmillos, lengua, y orejeras). Sin embargo, la figura completa, sin las fauces inferiores y representada con rasgos de muerte, es más impresionante que otras representaciones de Tláloc. Además, el número de mascarones (12) y su tamaño, acentúan la importancia de la imaginería de Tláloc para Yax Pasah. Por otro lado, otras pequeñas cabezas de Tláloc (0.25/0.30 m de altura) descubiertas por Maudslay (1889-1902) decoraban el edificio; la clava o elemento saliente en la parte posterior de las piezas, indica que se las preparó para que fueran colocadas sobre la fachada. La imaginería teotihuacana exhibida en el templo simboliza la memoria social o conexiones pasadas con esa gran metrópolis mesoamericana. Stuart (2000:502-504) plantea que Teotihuacán había sido el hogar original del fundador de Copán, Kinich Yax K’uk’ Mo’ (KYKM). En la iconografía de Copán, él aparece siempre representado con ropajes teotihuacanos (Sharer 2003). Teotihuacán no sólo fue el lugar originario de KYKM, sino la Tollán para muchos grupos culturales mesoamericanos, entre ellos los aztecas (Boone 2000a; W. Fash y B. Fash 2000:456). Por lo tanto, con una imaginería explícitamente derivada de Teotihuacán, Yax Pasah rememora no sólo el hogar ancestral del fundador, sino también la memoria social del pueblo de Copán.

Figura 8. Pequeño Tláloc. (Fotografía de José Espinoza).

Otro motivo interesante que exhibe los atributos de Tláloc es el conocido como Bloque Tláloc; este nombre se refiere a su forma y estilo, presentes en un único bloque de toba. En 1995, B. Fash y Taube, mientras trabajaban en las rearticulaciones para las exposiciones a realizarse en el Museo de la Escultura, encontraron otro motivo que podría formar parte del Bloque Tláloc. Durante esta temporada, encontré un motivo que probablemente forme parte del mismo conjunto; éste complementa la parte inferior del mosaico. Una vez finalizado el proceso de rearmado (Figura 8, arriba), la figura recuerda a las imágenes que decoraban el Templo 10L-33 en el complejo residencial real 10L-2 o Cementerio (Andrews V y B. Fash 1992:70, fig. 7b; Schele 1992, fig. 8d). Su rostro tiene anillos alrededor de los ojos y colmillos doblados a los lados, que enmarcan dos incisivos superiores (atributos primarios de Tláloc), y el signo mexicano de año corona su cabeza – este es un rasgo secundario de Tláloc (Winning 1987:77). La parte inferior del cuerpo está compuesta por dos fardos atados, como en la posición de piernas cruzadas. Este componente iconográfico recuerda al glifo del fundador encima del Altar Q, y a otros monumentos donde también el fundador es mencionado. En total (0.40 m de ancho y 0.55 m de altura), la imagen aparece retratada con los brazos descansando a la altura de su cintura, en posición de piernas cruzadas, y portando el símbolo mexicano de año. La totalidad del conjunto hace pensar en una de las antiguas representaciones del dios del fuego en Teotihuacán y en los ancestros de la Estructura 10L-29 del complejo residencial real de Copán (el Cementerio); aquí están portando el kin, un símbolo solar (Andrews V y B. Fash 1996:166). No obstante esta figura, como sucede también con otras representaciones presentes en la Estructura 10L-33, en el Cementerio se transforma en una variante del motivo del fundador (Andrews V y B. Fash 1992:70; Schele 1992: fig. 8d). Yo propongo la hipótesis de que esta imagen es una representación (y una evocación) del fundador, KYKM.

Figura 9. Kinich Yax K'uk' Mo'. (Dibujo de José Espinoza.) Haga clic para agrandar.
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En la sección superior del primer piso, Yax Pasah retrató claras imágenes del fundador KYKM (Figura 9). Casi a tamaño natural, se lo presenta con traje de guerrero y en posición sedente, casi idéntico en su forma a la figura del Altar Q.  Los rasgos de la cabeza (ojos saltones, lengua colgante) evidentemente representan la apoteosis de KYKM como el dios Tláloc mexicano. También se lo retrató con orejeras que muestran la Cruz Kan, un atributo típico de Tláloc, y motivo habitual en Copán. Si bien por el momento no se ha recuperado ningún trono, el fundador fue representado con su pierna izquierda cruzada, perpendicular a su pierna derecha. Como con las imágenes del Altar Q y le Escalera Jeroglífica de Copán, se lo muestra con un traje de guerrero, portando en su antebrazo izquierdo un escudo rectangular con la imagen de una serpiente, probablemente una serpiente de guerra teotihuacana. Su cabeza en forma de calavera y sus orejeras rectangulares se asemejan a otras cabezas esculpidas de Tláloc rescatadas en la Estructura 16 (Taube 2000: figuras 11a-d) y otros monumentos del Clásico Tardío de Copán (Baudez 1994: fig. 63 y 64; Taube 2000: figuras 11e-f; [Figura 6]). Como en el Bloque 1 de Escaleras al oeste de la Estructura 16, la cabeza de esta figura presenta una lengua colgante con su extremo tal vez perforado11 , y círculos que podrían representar gotas de sangre; a los lados de la boca, grandes colmillos se doblan hacia arriba en forma de espiral. Como casi todas las representaciones de Tláloc en el área maya, a la cabeza la faltan las fauces inferiores. La posición de KYKM como un guerrero se ve apoyada por otros datos arqueológicos. El enterramiento de la Tumba Hunal contiene seguramente los restos del fundador (Bell 2001; Sharer 2000:10). El análisis óseo indica una fractura en su brazo derecho, evidencia convincente de lesiones sufridas durante la batalla (Buikstra et al. 1997; 2001). Puede ser probable que un símbolo mexicano de año –un símbolo teotihuacano asociado con la guerra en el arte maya (Proskouriakoff 1973)– coronara su cabeza. Yax Pasah parece haber repetido el tema de la guerra representado por su predecesor Concha Humo (Smoke Shell) en la Escalera Jeroglífica (Stone 1996:207, 208; W. Fash 2000:145).

Yax Pasah es el único gobernante que construyó una imaginería manifiesta y explícita de KYKM en sus monumentos. Yo sugiero que la figura del fundador y su probable veneración a través de rituales de acompañamiento, fue un símbolo político que utilizó Yax Pasah para sostener su gobierno y para perpetuar la sucesión dinástica, todo lo cual por desgracia no duró demasiado. Según lo que muestran recientes hallazgos arqueológicos en el desciframiento de jeroglíficos, su poder provenía de la importante figura política de la historia de Copán. Asimismo, Yax Pasah buscó reforzar su autoridad a través de términos cosmológicos simbólicos. De la imagen que acabamos de describir (la del fundador), había al menos cuatro figuras alrededor del primer piso del edificio, dos en cada una de las fachadas norte y sur. Estos retratos se exhiben en la fachada del edificio, y yo sugiero, que esto fue hecho para marcar los cuatro puntos cardinales dentro de un contexto cosmológico. El cosmograma transmitido por estas imágenes se completa con una figura central, o quinta figura. La misma, hallada en la mitad del edificio, podría ser KYKM –con un pectoral igual al que usa en el Altar Q.  Esta figura, dentro de la boca de una serpiente, estaba en el centro del mundo, unificando no sólo las cuatro direcciones sino también uniendo el cielo, la tierra, y el inframundo. Este esquema es una repetición del cosmograma representado en las imágenes de Tláloc con un estilo proveniente de Teotihuacán en la iconografía de Escuintla, en la costa del Pacífico guatemalteco (Hellmuth 1975). La concepción del mundo bajo una forma quincunce es un rasgo pan-mesoamericano (Butterworth 1970; Carlson 1981:146-152). Para los mayas, el mundo estaba dividido en cuatro partes con un centro o eje (Thompson 1961:225, 228; 1970:194-196; Schele y Mathews 1998:27). Este esquema cuatripartita es un patrón que se extiende a las viviendas mayas, a los templos, a los campos de maíz, a los asentamientos comunitarios, y a los más amplios espacios sociopolíticos (Ashmore 1989:272; Bassie-Sweet 1991:172; Coe 1965:107-109; Girard 1949:893, 894, 897).

Notas Finales

  1. No se ha confirmado la existencia de un segundo piso, excepto por las escaleras en el cuarto norte del edificio.
  1. Esto está representado en el Patio Principal, lado norte.
  1. Esto está representado en el Complejo de Apartamentos de Zacuala/Atetelco.
  1. Esta serpiente está representada en el Templo de Quetzalcóatl.
  1. Esta serpiente está representada en los murales de Tepantitla.
  1. En los Complejos de Apartamentos de Atetelco y Tetitla.
  1. Karl Taube ha identificado una cabeza esculpida (CPN 527) con una lengua que representa un cuchillo y se asemeja a la de las figuras esqueletales.

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