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Fechando Cholula, México
Discusión de los Resultados
La Pirámide de Cholula
El mapeo y descripción del relleno visible en los perfiles de los túneles muestra que la plataforma escalonada que Marquina identificó como la estructura inicial (Estructura 1, fase A) constituye en realidad la segunda etapa constructiva de la Gran Pirámide. Un pozo irregular del que no hay registros, excavado en la superficie ocupacional del lado oeste de la Pirámide, enfrente de la escalera central de la Estructura I-A, penetra a una profundidad de unos 2 m; la pared este de dicho pozo fue entonces excavada para crear un túnel que pasara por debajo de la Estructura I-A a lo largo de 53 m aproximadamente, hasta terminar en un ("cajón") de adobe que forma parte de una plataforma más antigua de dos niveles escalonados (Estructura Sub-I-A) (para una interpretación diferente, véase McCafferty 2001). Es obvio que este túnel no fue abierto por el grupo de Marquina, puesto que no aparece registrado en ninguno de sus planos, y tampoco fue hecho de conformidad con sus muy estrictas normas. Sin embargo, corta a través de la Estructura Sub-I-A los restos de una plataforma anterior sin revestimiento alguno construida con una cuadrícula de adobe rellenada con tepetate molido y ocasionales lentes de desperdicios que descansa directamente sobre el subsuelo estéril (tepetate).. La ubicación de esta fase inicial de construcción y su relación precisa con las posteriores etapas constructivas de la pirámide aparecerán en el mapa de la computadora. Tenemos tres fechas de AMS del relleno de adobe de la Estructura Sub-I-A, que indican que fue erigido en algún momento entre los siglos uno y tres d.C. La gama de 2 sigma de estas determinaciones radiométricas es como sigue:
B-162997 [110 a 330 d.C. cal], B-188345 [5 a.C. a 230 d.C. cal], y B-188346 [60 a 260 d.C. cal].
Hay más evidencias para fechar esta antigua estructura originadas en seis pozos troncocónicos que se excavaron en el tepetate estéril y que dejaron a la vista los muros del túnel no registrado debajo de la construcción de la fase A (Figura 5, arriba). Dos frijoles carbonizados y una semilla no identificada provenientes de estos elementos nos proporcionaron tres fechas de AMS: B-188342 [115 a 385 d.C. cal], B-188343 [45 a 250 d.C. cal], y B-188344 [30 a.C. a 225 d.C. cal]. Parecería que los pozos probablemente fueron rellenados entre el 100 d.C. y el 200 d.C. como parte de un programa de renivelado relacionado con los preparativos para la construcción de la primera etapa de la Gran Pirámide. Tomadas en conjunto con tres fechas del interior de los cajones reticulados de adobe pertenecientes a la Estructura Sub-A (B-162997, B-188345 y B-188346), podemos sugerir tentativamente que esta primera fase de construcción fue emprendida durante el segundo siglo d.C. (Cuadro 1 y Cuadro 2).
Es importante señalar aquí que también otra arquitectura monumental de Cholula fue fechada para este período temporal. Las excavaciones en el monasterio franciscano de San Gabriel sobre el lado este de la plaza principal de la ciudad moderna pusieron al descubierto una escalera bien preservada con más de 12 m de ancho y más de 13 escalones de una gran plataforma que miraba hacia el este y que se continúa debajo de la cocina del edificio del siglo dieciséis y el patio contiguo del colegio. Esta plataforma también fue construida sobre el subsuelo estéril. Una determinación de 14C de un fogón asociado con la superestructura de esta plataforma arrojó una fecha de 1890 ± 80 AP (I-17,627) con un rango de 2 sigma del 41 a.C. al 268 d.C. cal, y del 273 d.C. al 336 d.C. cal (Plunket y Uruñuela 2002), ubicando esta construcción en los siglos dos y tres d.C.
Marquina (1981:121) consideraba que la Estructura I (que cubre a la Estructura Sub-I-A) pertenecía al período Teotihuacán I, o fase Tzacualli (1 d.C. - 150 d.C.). Este edificio consta de dos etapas. Dicho autor indica que la etapa A es una plataforma escalonada sin decorar que mira hacia el oeste y que está dividida en dos grupos: una serie de apoyo de cinco niveles que está coronada por un conjunto adicional de dos niveles superiores. La etapa B corresponde a ciertas modificaciones y ampliaciones del lado norte de la estructura de la etapa A, donde a los dos niveles superiores se le agregaron perfiles en talud-tablero; él nos asegura que el agregado del perfil en talud-tablero es lo que distingue la fase A de la fase B. Dichos tableros están pintados con los Murales de los Chapulines. De acuerdo con la descripción de Marquina, parecería que la etapa B también se caracterizó por un nuevo programa ideológico encapsulado en el arte mural que acompañó la reorientación del edificio del oeste al norte. Los tableros decorados se encuentran en el lado norte del edificio y envuelven los ángulos este y oeste. En el centro del lado norte, la fachada en talud-tablero se ve interrumpida por un vacío que debe haber contenido una escalera, aunque no hay ninguna en el lugar. Marquina asociaba este cambio arquitectónico en la Gran Pirámide con el período Teotihuacán II (fase Miccaotli, 150 d.C. a 200 d.C.) debido a ciertas similitudes entre este edificio y el Templo de la Serpiente Emplumada de Teotihuacán (por ejemplo, los tableros decorados), aunque no hay énfasis alguno en la dirección norte de ese edificio.
El cambio en la orientación de la fachada entre las fases A y B es intrigante, puesto que únicamente afecta los dos niveles superiores de la estructura que son portadores de arte mural. En este momento estamos tratando de entender de cuáles evidencias exactamente se valió Marquina para sugerir que el perfil en talud-tablero fue agregado a la estructura ya existente de la fase A, pero todavía no hemos dado con ellas. En realidad, las alfardas de la escalera que se eleva por el lado oeste de la estructura de la etapa A, fueron puestas en su sitio después de que los tableros pintados se hubieran terminado. Ello parecería indicar que las etapas A y B formaron parte del mismo programa de edificación, pero todavía no hemos terminado nuestra evaluación de los detalles estructurales a la vista dentro del túnel y preferimos, por el momento, abstenernos de hacer cualquier señalamiento definitivo.
No tenemos fechas del relleno dentro de la estructura de la fase A de la Pirámide, puesto que ninguno de los túneles de Marquina penetró dentro de este edificio. Sin embargo, las dos fechas que fueron obtenidas de materiales recuperados del relleno que cubría el lado oeste de la fase A, cerca de la escalera central (B-162998 [220 d.C. a 450 d.C. cal] y B-188347 [95 d.C. a 265 d.C. cal, y 290 d.C. a 325 d.C. cal]) sugieren que se construyó una nueva versión del monumento (la Estructura II) entre los siglos tercero y quinto d.C. (Cuadro 1 y Cuadro 2).
Se recuperó una pequeña cantidad de material chamuscado de entre el revoque de arcilla y el cuerpo de piedra de uno de los tableros correspondientes a la construcción de la fase B. Ello proporcionó una fecha con un rango de 2 sigma para el 40 a.C. al 215 d.C. cal (B-188348). Esta fecha temprana podría indicar que la fase B fue agregada poco después de haberse completado la fase A, o, como ya hemos señalado anteriormente, que las etapas A y B son en realidad parte del mismo edificio, aunque también podría ser el resultado de carbono más antiguo que hubiera quedado incorporado al edificio. Esto es una clara posibilidad, si consideramos que hay estructuras del Formativo Terminal en las proximidades de la Gran Pirámide. Además, recuperamos dos fechas (AMS) de materiales chamuscados en el relleno depositado encima de la fachada norte de la Estructura I-B. El rango de 2 sigma está entre el 155 d.C. y el 390 d.C. cal (B-188349) y entre el 80 a.C. al 120 d.C. cal (B-198350). Esta segunda fecha es muy temprana y probablemente sea el resultado de haber incorporado materiales más antiguos en el relleno usado para cubrir la estructura de la fase B, mientras que la primera fecha (B-188349) podría señalar una nueva actividad de construcción en la Gran Pirámide, en los siglos tercero o cuarto d.C. Esto se condice con las fechas del relleno en el lado oeste de la pirámide, que arrojaron determinaciones para el 220 d.C. al 450 d.C. (B-162998), y del 95 d.C. al 265 d.C. cal, y del 290 d.C. al 325 d.C. cal (B-188347) (Cuadro 2). Tomadas en conjunto, estas fechas nos permiten sugerir que la Estructura I (fases A y B) fue cubierta con un programa de edificación enteramente nuevo (la Estructura II, o pirámide "escalonada") entre los siglos tercero y quinto d.C.
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Marquina (1970a:39) menciona que la fachada norte de la Estructura I-B fue objeto de otros episodios de modificación y ampliación, aunque no proporciona demasiados detalles. En su estudio de las paredes del túnel, Amparo Robles descubrió que había otra fachada en el lado norte, en talud-tablero, que había quedado dividida por los túneles en el relleno que cubría la Estructura I-B, y que nosotros hemos designado como Estructura I-B1. Recuperamos una pequeña muestra de material chamuscado del relleno que estaba encima de este otro perfil en talud-tablero, y que arrojó una fecha de AMS con un rango de 2 sigma para el 40 a.C. al 215 d.C. cal (B-188351). Si bien este resultado podría indicar que las Estructuras I-A, I-B, e I-B1 fueron construidas en rápida sucesión, creemos que es más probable que los arquitectos de la Pirámide habitualmente hubieran usado basurales de las áreas circundantes como relleno. Es de interés señalar que la fecha no entra en conflicto con nuestra sugerencia en cuanto a que la Estructura I fue cubierta por un edificio enteramente nuevo (la Estructura II), tal vez en una época tan temprana como el siglo tres d.C., o tan tardía como el siglo cinco d.C.
Cuadro 1.
Fechas radiocarbónicas (AMS) obtenidas a partir de muestras asociadas
con las primeras fases de construcción de la Pirámide de Cholula (2003). |
Beta |
Años AP |
Contexto |
Intercepción |
1 Sigma |
2 Sigma |
188342
(AMS) |
1790 ± 50 |
Frijol carbonizado del pozo troncocónico debajo de la Estructura I-A (Pozo 1). |
240 d.C. cal |
155-265 d.C. cal
290-325 d.C. cal |
115-385 d.C. cal |
188343
(AMS) |
1870 ± 50 |
Fragmento de frijol carbonizado del pozo troncocónico debajo de la Estructura I-A (Pozo 1) |
130 d.C. cal |
80-225 d.C. cal |
45-250 d.C. cal |
188344
(AMS) |
1920 ± 50 |
Semilla carbonizada del pozo troncocónico debajo de la Estructura I-A (Pozo 2) |
80 d.C. cal |
45-130 d.C. cal |
30 a.C. - 225 d.C. cal |
188345
(AMS) |
1910 ± 50 |
Frijol carbonizado del relleno arenoso entre muros de adobe de la Estructura Sub-I-A |
85 d.C. cal |
55-135 d.C. cal |
5 a.C. - 230 d.C. cal |
188346
(AMS) |
1850 ± 50 |
Grano carbonizado de maíz de una lente arenosa entre los dos cuerpos escalonados de la Estructura Sub-I-A |
140 d.C. cal |
95-235 d.C. cal |
60-260 d.C. cal |
188347
(AMS) |
1820 ± 40 |
Grano de maíz carbonizado de lente de basura dentro del relleno puesto sobre el lado oeste de la Estructura I-A cerca de la escalera central |
225 d.C. cal |
135-245 d.C. cal |
95-265 d.C. cal &
290-325 d.C. cal |
188348
(AMS) |
1930 ± 50 |
Material chamuscado del lado este del segundo nivel de la Estructura I-B (Mural de los Chapulines), entre el revoque de arcilla y la base del tablero |
75 d.C. cal |
30-120 d.C. cal |
40 a.C. - 215 d.C. cal |
188349
(AMS) |
1760 ± 40 |
Material chamuscado del relleno puesto directamente encima del segundo nivel de la cara norte de la Estructura I-B (Mural de los Chapulines) |
255 d.C. cal |
235-340 d.C. cal |
155-390 d.C. cal |
188350
(AMS) |
1980 ± 50 |
Material chamuscado del relleno puesto directamente encima del segundo nivel de la cara norte de la Estructura I-B (Mural de los Chapulines) |
30 d.C. cal |
40 a.C. - 75 d.C. cal |
80 a.C. - 120 d.C. cal |
188351
(AMS) |
1930 ± 50 |
Material chamuscado del relleno puesto directamente encima del segundo nivel de la cara norte de la Estructura I-B1 |
75 d.C. cal |
30-120 d.C. cal |
40 a.C. - 215 d.C. cal |
Las fechas que obtuvimos de las primeras estructuras de la Gran Pirámide en gran medida se condicen aún cuando provienen del relleno, que no es el mejor de los contextos para fines de datación. Sin embargo, tomadas como un todo, el conjunto de 12 fechas radiocarbónicas (Cuadro 1 y Cuadro 2) documenta una intensa actividad constructiva con continuas modificaciones de diseño en el corazón ceremonial de Cholula durante los siglos segundo y tercero d.C. Esta construcción se inició después de la erupción volcánica que destruyó el pueblo de Tetimpa, un hecho que nos impone reconsiderar la motivación detrás de los masivos programas de construcción que caracterizan al período Clásico en Cholula.
Rancho de la Virgen
En un extenso campo abierto conocido como Rancho de la Virgen, y que está situado hacia el noreste del Edificio Rojo que se levanta en la esquina noreste de la Gran Pirámide, la Coordinación de Apoyo Arqueológico de la Universidad de las Américas, Puebla, emprendió excavaciones de sondeo en el año 2002 (López et al. 2002a y b). En los pozos de sondeo se registraron cuatro plataformas de adobe, entre 1.80 m y 3.60 m por debajo de la superficie. Recuperamos dos muestras de material chamuscado de las dos plataformas superpuestas de adobe en el Pozo 5, en tanto que más material orgánico provino de un pozo de agua excavado en la superficie de otra plataforma de adobe situada en el Pozo 6. Todas estas fechas tienen rangos de 2 sigma que indican actividad en el Formativo Tardío y Terminal, abarcando desde el siglo dos a.C. hasta mediados del siglo tres d.C. Noguera (1956), de sus excavaciones en el Edificio Rojo reportó cantidades significativas de material del Formativo Tardío. Parecería entonces que el área al norte de la Gran Pirámide fue testigo de una ocupación importante durante este período de tiempo. Sin embargo, la mayor parte de las cerámicas asociadas con la superficie de estas plataformas son del Clásico Temprano, cuando los estilos Teotihuacán Tlamimilolpa eran importantes y se usaban cantidades abundantes de Anaranjado Fino (Figura 9, abajo).
Las tres fechas calibradas de las excavaciones de sondeo abarcan el período comprendido entre el 195 a.C. y el 250 d.C. La plataforma Sub-I-A en el corazón de la Gran Pirámide fue construida en la segunda mitad de este período, como lo fueron las fases I-A, I-B, e I-B1. El relleno colocado encima de esta secuencia de construcción indudablemente contiene basura generada por los habitantes de Rancho de la Virgen; y también es probable que las fachadas de las plataformas de adobe en esta área baja y pantanosa fueran excavadas en busca de piedras, puesto que hallamos escasa evidencia de superficies de piedra en las plataformas, a pesar de que éstas fueron usadas habitualmente en el occidente de Puebla durante los períodos Formativo y Clásico (Mountjoy y Peterson 1973; Plunket y Uruñuela 1998a).
La ocupación del Clásico está sellada por un depósito aéreo de arena volcánica angular que parece corresponder a una importante erupción del volcán Popocatépetl que tuvo lugar entre el 700 d.C. y el 850 d.C. (Panfil 1996; Siebe 1996). Los habitantes del Posclásico en Cholula construyeron nuevas viviendas directamente encima de este estrato arenoso, y en general se lo puede utilizar para dividir el Clásico y el Posclásico en dicha zona.
UA-03A-1
Los trabajos de construcción en el lado norte del campus de la Universidad de las Américas, Puebla, dejaron a la vista seis pozos troncocónicos y un horno circular excavados en el tepetate estéril (López et al. 2004b). Estos elementos contenían materiales cerámicos similares a aquellos que recuperaron Mountjoy y Peterson en 1969 y 1970 (1973:13-19, 46-56). Los pozos están en un área de suelos delgados, generalmente entre los 0.40 y 0.50 m, que bordea un sistema de drenaje pantanoso lleno de una arcilla espesa y negra. Mountjoy y Peterson (1973:13) hallaron materiales del Formativo Medio sobre el borde de este pantano, unos 150 metros al norte de los pozos troncocónicos que nosotros excavamos en 2003. Aunque estos pozos indudablemente forman parte de una o más residencias del Formativo Medio situadas a lo largo de las orillas de la ciénaga, los elementos estructurales fueron destruidos o dañados como consecuencia de las actividades de arado y construcción, y todo lo que queda son los materiales contenidos en los pozos que se excavaron en el subsuelo estéril. Las cerámicas recuperadas en estos pozos troncocónicos son las más antiguas de Cholula con procedencia arqueológica, y extienden hacia atrás en el tiempo la ocupación del área hasta los inicios del Formativo Medio (Figura 10, abajo, e Figura 11). Una muestra de material chamuscado recuperado en uno de estos elementos (Elemento 1) aportó una fecha radiocarbónica con un rango de 2 sigma para el 1260 al 795 a.C. cal, y una intercepción para el 930 a.C. cal (Beta 188355), el material fechado más antiguo registrado para Cholula (Cuadro 4).
Mountjoy y Peterson (1973:62) obtuvieron una fecha de 14C de madera parcialmente carbonizada asociada con cerámicas y figurillas del Formativo Medio de los niveles más bajos de la arcilla de la ciénaga. La muestra (GX-2256) arrojó una determinación de 2645 ± 110 años radiocarbónicos, o una fecha no calibrada para el 695 ± 110 a.C. Al controlar este muestra con el Programa de Calibración Radiocarbónica Rev. 4.3 (Struiver y Reimer 1993), obtuvimos una intercepción para el 804 a.C. cal. Esta fecha se superpone con la del pozo troncocónico, y ayuda a confirmar la ocupación del Formativo Medio junto a la orilla sur de la ciénaga de Cholula.
Colegio Taylor
En mayo y junio del año 2002, la Coordinación de Apoyo Arqueológico de la Universidad de las Américas, Puebla, emprendió excavaciones de sondeo en una parcela de tierra en el medio de la manzana que bordea el lado norte de la plaza principal de San Pedro Cholula (López et al. 2002b, 2004a). Si bien se documentó una secuencia compleja de construcción moderna y colonial en la trinchera exploratoria de 12×2 metros orientada de este a oeste, no se ubicaron restos de edificios prehispánicos en esta excavación. La actividad constructiva posterior a la conquista descansa sobre unos 2.50 metros de arcillas y arenas interdispuestas. La parte más baja de estos estratos consiste en arcillas oscuras que contienen cerámicas del Clásico Tardío, depositadas directamente sobre el tepetate estéril. Dichas arcillas están selladas por una capa de 0.20 a 0.30 metros de ceniza volcánica. Encima de esta ceniza, aparecen por primera vez cerámicas del Posclásico como la Cocoyotla Negro-sobre-Anaranjado, que es similar a la Azteca I (Figura 12, abajo). Las dos fechas que obtuvimos de esta excavación provienen de dos estratos diferentes de sedimentos llevados por el agua y depositados sobre la ceniza volcánica.
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