John Pohl, LOS CÓDICES MESOAMÉRICA
de John Pohl

SITIOS ARQUEOLÓGICOS PRINCIPALES: del PreClásico al PosClásico

MONTE ALBÁN  (alrededor de 500 a.C. a 800 d.C.)

Monte Albán está localizado en la cima de una montaña de 1300 pies de altura que fue nivelada durante cientos de años para la construcción de un centro ceremonial y cívico que finalmente cubrió unas 25 millas cuadradas. Fue ocupada entre los años 500 a.C. y 800 d.C. haciéndola una de las comunidades con mucho tiempo de estar continuamente habitada en Mesoamérica. Por los años 400 d.C. los que habían sido pueblos rivales por siglos durante el PreClásico se convirtieron en centros regionales administrativos gobernados por familias de menos rango jerárquico quienes estaban incorporados dentro de un sistema de poder compartiendo a través de matrimonios mixtos exclusivos, regalos y premios. Por eso los reyes de Monte Albán pudieron transformar regiones distantes en ricas provincias que pagan tributos controlando básicamente mucho del estado de Oaxaca y más allá. Los jades tallados y los fragmentos de cerámicas de policromo dan testimonio de comercio a larga distancia con el maya Clásico de Chiapas y Guatemala. Un barrio de Monte Albán fue fundado en la metrópoli de Teotihuacán, sobre 250 millas al norte del valle de México.

Imagen - Monte Albán

Mirando hacia abajo al eje de la plaza principal uno queda asombrado como el plano del sitio refleja la distribución misma del valle de Oaxaca. Esto fue probablemente intencional. La mayoría de lo que ha sido excavado data del período Clásico entre 450 a 800 d.C. Sin embargo, un edificio del PreClásico temprano fue encontrado debajo del Templo L en el centro de la foto fechada 500 años a.C. Es aquí donde fueron encontrados muchos de los monumentos erróneamente llamados "danzantes" (bailarines). Actualmente, estas figuras describen jefes derrotados de comunidades vecinas. Haga clic en la imagen para más detalles.

Imagen - Monte Albán, Edificio J

El Edificio J localizado al extremo del sur de la plaza principal es una anomalía. El plano del piso se parece a una cabeza en forma de lanza. Datando del PreClásico Tardío, las paredes se ajustaron con paneles de piedra tallada describiendo signos de lugares para reinos derrotados por Monte Albán. Haga clic en la imagen para más detalles.

Imagen - Una reconstrucción del Templo M

Una reconstrucción del Templo M caracterizando un típico complejo templo-patio-adoratorio. Para el período Clásico, los arquitectos zapotecas estaban diseñando templos con plataformas de altos escalones revestido con paneles de escapularios extraídos de la imagen de la cabeza de un loro dividida. Haga clic en la imagen para más detalles.

Imagen - Plataforma del Norte

El perímetro norte de la gran plaza está definido por la plataforma del norte. Se piensa que ha sido la residencia principal de la familia real, de más alto rango en Monte Albán. Fortificada con altas paredes de cimentación en los cuatro lados, la única entrada estaba por las escaleras empinadas y la alcoba con columnatas en su cúspide. El interior caracterizaba templos y plataformas residenciales construidas alrededor de un patio hundido. Al noreste hay tres estructuras pequeñas. El Templo G, el más grande, data de Monte Albán II y contiene los restos de mujeres que fueron enterradas con ofrendas ricas en piedras verdes, conchas y perlas. Haga clic en la imagen para más detalles.

Imagen - urnas funerarias

Los zapotecas creían que las almas de los antepasados reales pasaban a una clase de paraíso donde ellos vivían, tanto como en vida, excepto que tenían que actuar como intercesores entre los dioses y los hombres. Ellos eran llamados para promover fertilidad agrícola o para curar enfermedades que se pensaba eran causadas por transgresiones contra las fuerzas espirituales en la naturaleza. Por consiguiente sus descendientes eran muy cuidadosos de honrar sus memorias no sólo dedicando rituales regularmente a sus restos físicos, sino también esculpiendo sus apariencias sobre urnas de arcilla que eran colocadas entre los muebles de las tumbas. Las urnas más tempranas datan del PreClásico. Son extraordinarios en la captura de la personalidad humana, hombres y mujeres guapos, y jefes gruñones, pero a través del tiempo se colocó cada vez más el énfasis en el simbolismo del poder institucional mostrado en trajes rituales. Por Monte Albán III, las caras eran imágenes desoladas, sin expresión, y sombreadas por tocados de plumas y máscaras monstruosas. Haga clic en la imagen para más detalles.

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