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Fuentes de Origen del Betún en la Región Olmeca
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Betún en Mesoamérica
La gente Mesoamericana prehispánica, colectó, procesó, y usó el betún para la decoración, como un sellante y como un adhesivo. Los Olmecas fueron entre los primeros que lo hicieron (1200-500 a.C., años de radiocarbono) de las tierras bajas costeras del Golfo sureño de México. El betún (Figura 2; comúnmente llamado asfalto (asphaltum) en los Estados Unidos y chapopote in México) es una de las sustancias que ocurre en forma natural de potencial valor comercial, que se encuentra en la región Olmeca. Es único, ya que se preserva bien en los registros arqueológicos, y se encuentra en todo tipo de sitios arqueológicos de las tierras bajas del Golfo, como también en algunos sitios en las tierras montañosas Centrales de México.
El betún, químicamente se hace de una mezcla de hidrocarburos naturales complejos y de productos oxidados, es lo que queda después de ciertos petróleos crudos en la eliminación de componentes volátiles. Varias técnicas analíticas que incluyen análisis isotópicos estables, Cromatografía de Gases / Espectrómetros de Masas (GC/MS, por sus siglas en inglés), análisis isotópico-compuesto específico (CSIA, por sus siglas en inglés), y cromatografía de gases con combustión acoplada espectrometría de masa de proporción isótopica (GC/C-IRMS, por sus siglas en inglés), se han usado exitosamente para las fuentes de origen del betún arqueológico en la antigua Gran Mesopotamia y Egipto, donde el betún tiene un papel muy importante en las economías regionales (Connan 1999; Connan y Deschesne 1992; Connan et al. 1998; Harrell y Lewan 2002; Maurer et al. 2002; Nissenbaum 1992; Nissenbaum et al. 1984; Schwartz et al. 2000). Estos análisis fueron muy exitosos, ya que algunos de los hidrocarburos de betún sirvieron como biomarcadores moleculares, que fueron útiles para las huellas digitales del material.
En Mesoamérica, los yacimientos de betún natural ocurren en bolsas a lo largo de la llanura costera del Golfo y la orilla en el Golfo de México. En la región Olmeca, el yacimiento betún está limitado a las áreas orientales extendidas bajas, que incluyen los centros regionales de San Lorenzo y La Venta. En estas ubicaciones el betún se pudo colectar directamente de la superficie del agua (ej., océano, ríos), de las playas, y de yacimientos. Entonces se procesó mezclándolo con mineral o aditivos vegetales, para que se endureciera con la aplicación y no se derritiera con el sol (Wendt 2003; también vea Connan y Deschesne 1992; Forbes 1936:42-45).
Los datos arqueológicos indican que los Olmecas usaron betún como un sellante (ej., bebederos de acueductos de basalto, canoas), como un adhesivo, una decoración (ej., sobre figurines, asas de cuchillos), y como material de construcción de edificios (para darle la capa a paredes o pisos) (Coe y Diehl 1980:152, 260; González Lauck 1996; ORourke 2002; Ortíz y Rodríguez 1989, 1994; Rodríguez y Ortíz 1997; Wendt 2003). Sospecho que el uso más importante, sin embargo, era para impermeabilizar canoas y otros equipos de agua (ej., balsas, botes de caña). Como mucho del comercio regional, comunicación, transporte, y subsistencia estaban enlazados a los canales (Symonds et al. 2002), hubiera sido muy crítico para el Olmeca poseer equipo de agua efectivo. En los tiempos Prehispánicos Olmecas Posteriores, el betún continuó siendo una mercancía importante en muchas partes de Mesoamérica donde era usado como decoración, construcción de edificios, impermeabilidad, adhesivo, goma de mascar, incienso, adorno de cuerpo, pintura, y combustible (de la Fuente 1992; Ekholm 1944; Hall 1997; Medellín 1960; Sahagún 1961; Solís 1992; Stark 1977; Tozzer 1941). Actualmente, la gente local continúa usando betún por su calidad impermeable, como por ejemplo como sellante de canoas (sin embargo, con betún comprado) y para el revestimiento de patios, suelos, y carreteras (en áreas cerca de yacimientos naturales).
La distribución de betún arqueológico en zonas ubicadas en distancias lejanas de yacimientos, indica que el Olmeca y sus sucesores, comercializaron la sustancia dentro y fuera de la región del Golfo. Las esferas pequeñas (alrededor de 2 cm de diámetro) y las esferas más grandes encontradas en las excavaciones (Wendt 2003), parecen ideales para el comercio de larga distancia, y una gran esfera de betún (alrededor de 12 cm en diámetro), que se encontró al lado del pie derecho de un esqueleto masculino de 40-45 años de edad en el sitio Preclásico Temprano de Tlatilco en la Meseta de México (García Moll et al. 1991), proporciona evidencia concreta de intercambio de betún a larga distancia en el período Preclásico.
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