Producción Rural en el Noroeste de Honduras: La Temporada 2004 del Proyecto Arqueológico del Valle Bajo de Cacaulapa
Con contribuciones de: Edward M. Schortman, Departamento de Antropología, Kenyon College

Resumen

Preclásico y Clásico Temprano

La única parte del Preclásico que pude ser vista a lo largo de los drenajes Chamelecón medio y Cacaulapa es al fin del Preclásico Medio. Las fechas para éste y otros periodos se observan en la Tabla 1:

Materiales del Preclásico Medio también han sido recobrados en varias localidades dentro de El Coyote, así como los materiales del Preclásico Tardío. Durante el trabajo en el verano 2006, una ocupación extensiva del Preclásico Medio asociada a un montículo grande de tierra fue encontrada en una vega en la orilla sur del Chamelecón, casi del otro lado del Sitio 598.  La estructura es similar a las del Sitio 120, y la cerámica es indistinguible de la del Sitio 120.  Los sitios rurales, sin embargo, no han mostrado niveles o materiales claros del Preclásico Tardío, ni se ha identificado Clásico Temprano en ninguno de los sitios. El Clásico Temprano se infiere que existió en El Coyote con base a Chilanga Usulután y materiales similares recobrados ahí. Los pocos ejemplos de decoración en negativo y con pintura roja en Las Canoas indican una pequeña ocupación del Clásico Temprano ahí también.

Clásico Tardío

Durante este intervalo alguna de la producción artesanal fue aparentemente perseguida en los centros, tal como Las Canoas, así como en las villas rurales esparcidas a través de las porciones adyacentes de los drenajes del Chamelecón y el Cacaulapa bajo. Parece que la manufactura cerámica era conducida a una escala mayor en Las Canoas que en ningún otro de los sitios afuera La Sierra en el valle de Naco. Tal alta implicación en esta artesanía en particular puede estar relacionado al función que los fabricantes de cerámica de Las Canoas jugaron en proveer un subconjunto de cántaros rojo sobre natural ampliamente usados a consumidores en los valles de Naco y Cacaulapa bajo. Sin embargo, los habitantes de la mayoría de sitios rurales parecían haber hecho algunos de sus contenedores cerámicos, con técnicas burdamente análogas a las inferidas por Las Canoas: usando bases para moldear la cerámica y apoyarla mientras era cocida. A pesar de hacer y distribuir cerámica rojo sobre natural en cantidades substanciales, los habitantes de Las Canoas aparentemente mostraron pocos signos de riqueza tales como notables cantidades de cerámica importada y joyas de piedra; los residentes de centros más pequeños y rurales tenían incluso menos marcadores de tal prosperidad.

La producción de navajas de obsidiana muestra un patrón inesperado. Buscado en un sitio relativamente remoto mirando hacia, pero no en, El Coyote, esta actividad parece haber estado exclusivamente en las manos de los habitantes rurales. Hasta donde nosotros podemos decir al presente, los habitantes del Clásico Tardío del drenaje de Caculapa bajo dependían de estos artesanos para un implemento que era ampliamente usado y, presupuestamente, muy valuado. No está claro, sin embargo, qué beneficios este monopolio tenía para aquellos que lo guardaban tan efectivamente. Sus estructuras no anuncian gran poder ni el material de ensamblaje está repleto de materiales valuables, tales como policromos importados. Cómo la producción de navajas de obsidiana cabe en dentro de la economía política del Clásico Tardío en el Cacaulapa bajo está todavía sin resolverse.

Lo que se está convirtiendo en muy obvio, sin embargo, es que los residentes de El Coyote eran consumidores, y no fabricantes, de la mayoría de bienes que necesitaban. Christian Wells (2003) ha levantado recientemente la intrigante sugerencia que las élites de El Coyote del Clásico Tardío organizaban la producción especializada como parte de banquetes periódicos de trabajo y fiesta llevados a cabo en la capital regional. Este muy bien pudiera ser el caso, pero tales reuniones ocasionales no producen la riqueza de herramientas o el detrimento asociado a la producción cerámica o al lasqueo de navajas ahora disponible para otros sitios en la región, tales como Las Canoas y el Sitio 162.  Pudiera ser que varias formas de producción y distribución se coexistieron en la zona de estudio durante el Clásico Tardío. La fabricación de algunos artículos en reuniones patrocinadas por la élite en El Coyote puede haber generado artefactos necesitados durante esas fiestas. Alternando con estos pulsos de relativamente producción intensa, estaba el día a día de la búsqueda de actividades artesanales conducida por especialistas de medio tiempo y tiempo completo tanto en aldeas rurales como en Las Canoas. A través de esta diferencia, pero con sistemas económicos interconectados, la cerámica y navajas de obsidiana aumentaron y disminuyeron la jerarquía así como tambien lateralmente a través de los drenajes.

Postclásico Temprano

La población parece declinar en el drenaje del Chamelecón medio para este tiempo. Las Canoas, si está todavía ocupada, tuvo una población mucho más reducida y sólo dos de sus asentamientos cercanos, el Sitio 601 ca. 150 m al noroeste, y el Sitio 598 más al suroeste a lo largo del Chamelecón, siguieron claramente ocupados ahora. El Sitio 607 muestra evidencia arquitectónica de uso del Postclásico Temprano, pero la cerámica es equívoca, como lo es la cerámica del Sitio 598; el Sitio 601, sin embargo, tiene clara cerámica local del Postclásico Temprano. En el valle Cacaulapa bajo, no se han identificado componentes del Postclásico Temprano en los asentamientos rurales excavados. El Coyote mismo, sin embargo, se mantuvo como un centro mayor político y demográfico en este tiempo. Posiblemente, había menos declive poblacional en el Cacaulapa bajo que una concentración de personas en la capital regional.

Evidencia de producción artesanal es escasa durante este intervalo en todos los sitios conocidos. El Coyote ahora parece haber sido un centro para la manufactura de herramientas de pedernal, sus artesanos producían bifaciales que pudieron haber sido distribuidos en el área de investigación. Si el cobre estaba siendo procesado aquí durante el Postclásico Temprano, entonces los artesanos locales estaban participando en una tecnología que los unía a los mercados distantes y a las fuentes de inspiración. Pudiera haber sido por medio de estas conexiones que el gran número inusual de navajas de obsidiana de Pachuca recobradas en El Coyote arribaron en la capital. Tan intrigante como esta posibilidad es, permanece no como una hipótesis hasta que el tema de la cronología sea resuelto.

Pudiera ser que el decline aparente en la producción especializada sea más imaginado que real. Claramente, las personas estaban todavía haciendo cerámica, aunque navajas fueron importadas aparentemente en la forma terminada y no lasqueadas en los drenajes de Cacaulapa bajo y Chamelecón medio. Sin embargo, herramientas especializadas, tales como bases de cerámica, usados el proceso de manufactura, no aparecen más. Esto indica claramente un cambio en la manera en que las vasijas cerámicas eran manufacturadas. Si este cambio marca una simplificación en el proceso de manufactura, entonces pudiera significar que había menos límites para participar en la artesanía que lo que había sido el caso durante el Clásico Tardío. Literalmente, cualquiera tenía ahora acceso a los recursos y conocimiento necesario para fabricar contenedores de cerámica. Cambiando esta artesanía de una actividad especializada, si extensamente distribuido, a un quehacer doméstico diario. Esta conjetura tentativa es apoyada por el decline tanto en la cantidad y rango de decoración en la cerámica del Clásico Tardío al Postclásico Temprano dentro de la zona de investigación.

Con la excepción del trabajo de pedernal y, posiblemente, el procesamiento de cobre, la producción especializada pudo haber decaído en significado político y económico durante el Postclásico Temprano. Este desarrollo posiblemente significó un incremento en la autonomía económica del hogar vis a vis el Clásico Tardío y redes más simples conectando a los hogares con cualquier otra entidad política y con miembros de diferentes esferas. No hay evidencia, por ejemplo ahora, de un sitio como Las Canoas, cuyos artesanos fabricaran bienes para la distribución de residentes en varias unidades políticas distintas, independientes y de tamaño considerable.

Futuras investigaciones bien pudieran alterar estas interpretaciones. Lo que es poco probable a cambiar es el panorama emergente de cuán complejas las economías políticas de los reinos pequeños pueden ser. Como si no fuera suficiente, los análisis completados hasta la fecha sugieren que estos sistemas eran blancos cambiantes, sus componentes cambiando a través de tiempo así como a través del espacio. La producción artesanal es solo una parte variable importante de estas relaciones políticas y económicas antiguas, una ventana a través de la cual podemos ver su operación. Hay mucho más por hacer antes de capturar esta realidad cambiante y difícil, cuyos bosquejos indefinidos están apenas comenzando a salir a luz.

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