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Adolfo Iván Batún Alpuche
 

Patrones de Asentamiento Mayas y Uso de la Tierra en Buena Vista, Cozumel, México

Introducción

La importancia de Cozumel durante el período Posclásico Tardío en su carácter tanto de puerto ubicado en la ruta de comercio a larga distancia entre Honduras y Tabasco, como de principal centro sagrado de peregrinación, ya ha sido señalada en varias fuentes etnohistóricas (Roys, et al. 1940, Tozzer 1941, Wagner 1942). En la isla se reportaron treinta y tres sitios arqueológicos de diversos tamaños. El de mayores dimensiones, San Gervasio, está ubicado en su región nor-central, y está compuesto por seis complejos arquitectónicos y varios elementos domésticos que abarcan un área de alrededor de 3.14 km2. Otros cuatro sitios, dos en el norte: La Expedición y San Miguel, y dos en el sur: El Cedral y Buena Vista, fueron, junto con San Gervasio, los asentamientos más importantes de la isla. Uno de los rasgos más notables de Cozumel es un sistema de albarradas en el campo que cubre la totalidad de la tierra exceptuando una parte pequeña de la misma, dividido en parcelas irregulares (Arnold y Frost 1909, Escalona Ramos 1946, Sanders 1956, Freidel y Sabloff 1984). Las formas más elaboradas de estas albarradas en el terreno sólo fueron reportadas alrededor de dos sitios: Buena Vista y Chen Cedral (Freidel y Sabloff 1984).

Los estudios de uso de la tierra y de la tecnología de subsistencia en el área maya (Harrison y Turner 1978, 1983, Siemens y Puleston 1972, Adams 1982, Healy et al. 1983, Pohl 1990, Gomez Pompa et al. 1987, Killion 1992, Fedick 1996, Alexander 2000, Liendo y Vega 2000) indican que los mayas prehistóricos no se limitaban a las tecnologías agrícolas de tala y quema, como se había sugerido anteriormente, sino que por el contrario, emplearon una variedad de técnicas asociadas con niveles más altos de producción, tales como el de campos elevados, terrazas, campos amurados, huertas caseras, y canales de irrigación adaptados a diferentes zonas micro-medioambientales, como por ejemplo los akalchés (bajos), las colinas, las áreas costeras, los pantanos, las aguadas, los cenotes, y las rejolladas (depresiones cónicas).

La investigación de la red de albarradas en el terreno de Cozumel, que probablemente hayan sido construídas para delimitar parcelas de cultivos más que por propósitos defensivos, podrían ser una clave para entender las formas prehispánicas de uso de la tierra y la tecnología agraria en la isla, y al mismo tiempo ayudarían a entender la función de otras albarradas similares reportadas en otros asentamientos prehispánicos del continente, tales como Tulúm (Vargas 1997), Coba (Fletcher 1984), Xamanha (Silva y Hernandez 1991), Rancho Ina (Terrones 1990, 1994), Chunchucmil (Vleck 1978), Mayapán (Bullard 1952) y Xcaret (Andrews), entre otros.

Buena Vista, donde están presentes los muros más prominentes de la isla, es el sitio perfecto para estudiar de qué manera están delimitadas las parcelas y la relación entre éstas y otros restos arqueológicos y elementos físicos.

Figura 1. Mapa que muestra la ubicación de Cozumel y la posición de Buena Vista en la isla. Haga clic sobre la imagen para agrandar.
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El sitio de Buena Vista está ubicado 1.5 km tierra adentro desde la costa sudeste de la isla de Cozumel, que está situada a 16 km frente a la costa nororiental de la península de Yucatán, México (Figura 1, arriba) (Coordenadas UTM de Buena Vista: Zona 16, 506227 Este, 2247436 Norte). Los trabajos arqueológicos anteriores de Freidel y Sabloff (1984) indicaban que el sitio estaba compuesto por un complejo de subestructuras aglutinadas que servían de base a una variedad de restos de superestructuras perecederas y a algunas estructuras de mampostería. La subestructura más grande del sitio es un área artificialmente elevada y nivelada (plataforma principal) que cubre aproximadamente 7 hectáreas. Su altura va de los 2 a los 10 m en algunas áreas, y en su extremo norte hay construído un gran grupo de montículo-plaza. Hacia el norte y sur de esta subestructura de plataforma hay grupos de "adoratorios" al igual que varias plataformas y estructuras más pequeñas y dispersas (Figura 2). Al este y oeste también hay otras subestructuras. Las pequeñas subestructuras de plataformas continúan con una densidad moderada hacia el sur, este y oeste del complejo principal. Más allá de ellas se encuentra la extensa red de albarradas que mencionamos más arriba. Su tamaño varía de muros de escombros de una sola hilera (con una altura en pie estimada en 1 m), a muros masivos con núcleos de escombro y grava y contenciones de mampostería puesta en seco que se elevan a más de 2 m de altura y tienen más de 2 m de ancho. Tanto los muros masivos como los simples aparecen de manera aparentemente fortuita, y cierran áreas de 1 ha. o menos.

Desde principios de junio hasta fines de agosto 2003, el Proyecto Arqueológico Buena Vista bajo la dirección de Adolfo Iván Batún, y con los permisos del INAH (documento número C.A. 401-36/0565), despejó 12 km de "brechas" en la selva lluviosa alrededor de la plataforma principal de Buena Vista, cerrando un área de 4 km2 divididos en cuatro cuadrantes de 1,000,000 m2. Se llevó a cabo la prospección sistemática y el mapeo de todos los elementos arqueológicos y físicos a una distancia de 30 m a cada lado de estos cortes transversales. Además, relevamos cada cuadrante caminándolo de lado a lado cada 200 m y eligiendo áreas representativas para mapear intensivamente y para estudiar los perfiles de suelo.

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